Este domingo se desarrollaron las elecciones presidenciales en Brasil, donde el actual mandatario Jair Bolsonaro enfrentó al expresidente de izquierda Lula Da Silva, y 9 nueve contrincantes más, los que obtuvieron resultados marginales.
Como se esperaba, se impuso el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) con un 48,8026% de los votos, pero con un margen muy inferior al que habían pronosticado las encuestas brasileñas, ya que el actual presidente obtuvo el 43,34% de las preferencias. Marcando una diferencia de 4 millones y medio de adherentes.
La última encuesta del Instituto Datafolha atribuyó 36% de las intenciones de votos válidos a Bolsonaro frente a 50% para el expresidente Lula (2003-2010), por lo que muchos esperaban que Lula se impusiera directamente en primera vuelta, algo que no ocurre allá desde 1998.
De todas maneras, Lula tuvo una jornada memorable, ya que comenzó pediendo por casi 9 puntos, los que fue remontando al pasar el conteo, por lo que cuando se alcanzó un poco más del 63% de las preferencias se encontraba empatado con un 45% de los votos con Jair Bolsonaro.
Con esto se desliza una segunda vuelta muy apretada, donde los votos de los candidatos con resultados menores serán muy relevantes, como es el caso de Simone Tebet, que resultó en tercer lugar con poco más del 4% de los votos.
Tebet es la candidata de centro, que se presentó en oposición a las dos candidaturas, mayoritarias, pero que con los más de cuatro millones de votos, puede tener la llave para la carrera presidencial.
Finalmente, el próximo presidente de Brasil, que será uno con experiencia en el mandato, se definirá en una segunda vuelta, la que se llevará a cabo el próximo 30 de octubre.